La vida que Kim y Krickitt Carpenter teníanjuntos se deshizo al punto de lo irreconocible el 24 de noviembre de1993. Dos meses después de su boda, un catastrófico accidente deautomóvil dejó a Krickitt con una lesión masiva en la cabeza y en comapor semanas.
Cuando ella finalmente recuperó el conocimiento, notenía idea de quién era Kim, su esposo. No podía recordar su relación ysufría de los trastornos de la personalidad característicos de quienesexperimentan lesiones en la cabeza. Así fue que Kim reconoció que lamujer con quien se había casado esencialmente murió en el accidente.
Sinembargo, aunque todo les jugaba en contra, la fe que ambos tenían enCristo los sostuvo, de modo que Kim y Krickitt volvieron a enamorarse.Aunque Kim apoyó a Krickitt durante toda la travesía más oscura que unesposo jamás podría imaginar, afirma “No soy ningún héroe. Hice un votode amor”.