Muchos creen que quieren ser líderes, pero lo que en realidad desean son las recompensas, no la responsabilidad; la diversión, no la frustración; los días de gozo, no las noches de cansancio abrumador.
¿Qué es realmente el liderazgo? Es influir en las personas para bien. Es lograr más cosas a través de otros que las que nosotros podemos hacer. Involucra personas y ayudarlas a lograr metas que no se atreverían a alcanzar por sí mismas.
El liderazgo es riesgoso y hasta peligroso, en especial en la iglesia. Los líderes pueden usar su influencia para el bien o para el mal de quienes los siguen. Pueden optar por los mecanismos fáciles que adoptan las empresas de micro chips y las agencias de publicidad para obtener mayores ganancias, o pueden obtener sus técnicas directamente de aquel que nos guía hacia el tesoro que está en los cielos. Hans Finzel ayuda a los líderes cristianos a tomar decisiones correctas.