Prólogo
Cuando decidí escribir "Creado para NECESITAR una Ayuda Idónea" le pregunté a mi feliz esposa que había hecho yo correctamente en nuestro matrimonio y que debería transmitir a otros esposos. Su respuesta fue inmediata y directa: "Me dejas ser tu ayuda idónea, me llevas a tu lado en todo lo que haces. La participación que tengo en nuestra relación me ha hecho crecer como persona, ha hecho mi vida valiosa y me ha llevado a ser mejor mamá". Ustedes podrían decir: "Cuál es su formación profesional para enseñarnos a ser buenos esposos?". Bueno, he hecho que una de las más felices, joviales, agradecidas y gozosas mujeres de esta tierra piense que soy uno de los mejores seres humanos de todo el mundo. Esto me da la confianza necesaria para creer que tengo algo para dar. Sin embargo, vale la pena mencionar que el material más enriquecedor que tengo para matrimonios proviene de las muchas cartas y correos electrónicos que he recibido de esposos y esposas en los últimos 17 años. La corriente diaria de correspondencia a lo largo del tiempo revela patrones comunes que llevan a la ruina a los cónyuges y también muestra como una relación puede ser sanada hasta llegar a ser algo celestial.
En el matrimonio las leyes de la siembra y la cosecha pueden ser vistas como una "ciencia" en la cual se puede confiar. Un matrimonio crece hasta elevarse o se deteriora hasta estar condenado. En las cartas que he recibido ustedes me han mostrado en incontables ocasiones que un matrimonio puede salvarse y florecer hasta convertirse en algo hermoso. Otra razón por la cual puedo aconsejar sobre este tema tan importante es que he sido estudiante de la Palabra de Dios por casi sesenta años, he pasado horas investigando cada tema y, además, la relación entre esposo y esposa siempre ha tenido un interés particular para mí. A través de mi experiencia, y la de otros, he entendido que Dios es el mejor consejero matrimonial que existe; después de todo, quien imaginó y concibió el matrimonio con todas sus complejidades sabe mejor que nadie cómo sacar el mejor provecho de éste. El tema central de este libro es único pues no ha sido tratado en ningún otro texto ahora. Caballero, aunque se considere muy autónomo y completo por sí mismo, usted fue creado para necesitar una ayuda idónea. El matrimonio es el laboratorio de Dios para perfeccionar al hombre; es la completa recapitulación de la experiencia humana, concentra cada conflicto y triunfo y los lleva a un nivel personal e individual; es una prueba de todo lo que nos hace seres humanos. En el matrimonio cada uno de nosotros tiene la oportunidad de crecer y desarrollarse en una persona más noble y así abandonar los extremos egoístas de alguien que está solo. El matrimonio es el monte de la tentación —donde tenemos la oportunidad de alimentar nuestra naturaleza egocéntrica— pero también es el pináculo de un paraíso restaurado en donde podemos convertirnos en herederos de la gracia de vida y desarrollar la naturaleza de un sacerdote. El matrimonio es el campo de entrenamiento del cielo, la terminal de nuestro destino, el lugar donde podemos crecer poco y de forma egoísta o donde crecemos mucho por medio de la misericordia y el sacrificio.
En contraste a mi introducción, este libro no es filosófico, es tan práctico que usted se retorcerá de vergüenza esperando que su esposa no lea este renglón.
Tres Clases De Hombres
Las dos mitades de este libro son tan diferentes que pudieron ser escritas como textos separados. En la primera de ellas examiremos —de muchas formas— por qué los hombres necesitamos una ayuda idónea. En la segunda mitad exploraremos las tres clases de hombres, tal y como fueron presentados en el libro de mi esposa "Creada para Ser su Ayuda Idónea"; no obstante, vale la pena aclarar que mi acercamiento es mucho más masculino y directo. Usted descubrirá que llega al matrimonio, así como a la vida, con fortalezas y debilidades. Llegará a conocerse a sí mismo y aprenderá a moderar sus excesos naturales y a fortalecer sus debilidades, pero principalmente podrá aprender sobre el rol que su esposa juega en este proceso de madurez; aprenderá como hacer que ella sea su ayuda idónea más adecuada.
A continuación les comparto una carta que recibí de una lectora: Señor Pearl: !algo muy gracioso me pasó cuando iba a enviarle mis comentarios sobre mi esposo para su nuevo libro! Me desperté a medianoche y no podía volver a dormir; por lo tanto me levanté y aproveché la oportunidad para escribir todo lo que tenía que decir; !era mi gran momento! Mientras me senté y comencé a escribir todas mis quejas sobre mi esposo y sobre los hombres en general, la convicción del Espíritu Santo vino sobre mí y el Señor cambio por completo la situación. Empecé a sollozar y a llorar delante del Señor a medida que era llevada al arrepentimiento y Él me hacía escribir 30 puntos específicos sobre los que necesitaba arrepentirme ante mi cónyuge. Fui transformada, literalmente, de una mujer que esperaba descargar un cañón lleno de comentarios sarcásticos sobre su esposo, a una pecadora quebrantada y con un corazón contrito delante de Dios. ¡Eso fue humillante y doloroso pero purificador y refrescante al mismo tiempo! Escribí una carta entera de arrepentimiento hacia mi esposo, despertando como una nueva criatura en Cristo y yendo de vuelta a la cama. Le di la carta a la mañana siguiente y nunca volvimos a ser los mismos desde entonces. ¡Ese fue el comienzo de un nuevo matrimonio con una vida nueva! Ahora estoy convirtiéndome en la ayuda idónea que fui creada para ser, !y mi esposo también está cambiando! Después de arrepentirme y haber mirado profunda e intensamente a mi propio pecado, ya no veo a mi esposo como solía hacerlo; lo veo como otro hijo de Dios ocupado en su salvación "con terror y temblor", para mí ya no es el perezoso holgazán que no se levantaba del sofá para hacer algo (Él no es así ¡pero así era como lo veía!). ¡Solo quería que usted supiera como el Señor usó sus planes de un nuevo libro para cambiar nuestras vidas! Att: una esposa feliz.