Los niños nos pertenecen a todos y tenemos la
obligación de intervenir a su favor. Debemos invertir en los niños de
todo el mundo. Existen razones estratégicas y persuasivas, más allá del
amor y la bondad, para invertir en los niños. Llegó el momento de
repercutir en el futuro. Este libro le alentará a volver sus buenas y
amorosas intenciones en acciones estratégicas y le facultarán para
ayudar a cambiar el mundo, y el futuro, para siempre.